Dimitra Milan tiene 16 años, pinta desde hace cuatro y logra convertir sus sueños en obras de arte. Muchas de ellas son donadas para organizaciones sin fines de lucro que abogan la trata de personas o que brindan asistencia a familias y niños con cáncer.
Dimitra Milan tiene 16 años, es hija de dos destacados artistas, y si bien lo lleva en la sangre y desde siempre estuvo relacionada con el mundo del arte, hace tan solo cuatro años que empezó a pintar en tiempo completo. Ella eligió continuar estudiando desde su casa para poder dedicar más tiempo a su pasión y ha logrado obras increíbles llenas de vida y color en muy poco tiempo.
Dimitra confesó que encuentra la inspiración para crearlos generalmente en sus sueños. Tiene un estilo clásico con técnica contemporáneas y su objetivo es hacer que las pinturas se vean libres y sin esfuerzo. Le gusta generar imágenes claras, que se entiendan pero a su vez puedan ser abstractas y combinar personas con animales.
Hija de dos artistas Dimitra contó que “el consejo más importante que recibí es la demostración de una ética de trabajo” y explicó “me enseñaron que no siempre tienes que estar de humor para pintar. Solo pintas. Cada día, durante ocho o nueve horas igual que en cualquier otro trabajo. Como todo en la vida, es trabajo duro, pasión y compromiso lo que te llevará al éxito”. Ella aseguró que sus padres no sólo le dijeros esas cosas, si no que “me las demostraron en sus propias vidas y carreras artísticas”.
Su obra original se puede encontrar en galerías de arte de Arizona y Hawai. Ella vive actualmente en Arizona con su familia y viaja regularmente a Hawai y otros destinos internacionales para experimentar el mundo y obtener nuevas inspiraciones.
Además muchas de sus pinturas se donan regularmente para organizaciones sin fines de lucro que abogan contra la trata de personas o que ofrecen asistencia a las familias y a los niños con cáncer.
Su página web cuenta que “cuando Dimitra no está viajando, ella se puede encontrar en frente a la casa de Phoenix ya sea la pintura en su estudio, o montar su caballo en el pintoresco suroeste al aire libre.