La maravillosa técnica de Corie Willet convierte sus trabajos de pintura corporal en obras de arte. Es estilista y bodypainter, algo a lo que se enganchó hace pocos años cuando empezó a experimentar con el maquillaje para los disfraces de Halloween.
Podemos estar seguros que la aplicación de pintura en el cuerpo humano ya existía en sociedades ancestrales, pero entender este fenómeno como una manifestación artística es algo que debemos establecer solamente desde finales del siglo XX. Lo efímero de la obra se relaciona con otras disciplinas plásticas, como la fotografía, un mecanismo que conserve los trabajos más allá.
El trabajo de Willet se ha hecho muy popular gracias a las redes sociales, en las que muestra sus sesiones donde combina obras góticas, al más puto estilo Tim Burton, con maquillajes de estilos fluorescentes y gamas de alto contraste.
Date una vuelta por su Instagram