La artista neoyorquina Alison Moritsugu se dedica a pintar idílicos y bucólicos paisajes en leños y tocones de árboles, como parte de su bonito ejemplo sobre como cuidamos y tratamos el medio ambiente.
Las pinturas de Moritsugu simulan el estilo optimista de los siglos XVIII y XIX, pero “al ver la superficie de la pintura, una sección del tronco de un árbol, cualquier sensación de celebración o nostalgia de la naturaleza queda contrarrestada por la evidencia de su destrucción,” escribe en su declaración de intenciones como artista.
Utiliza esta hermosa pero discordante combinación para criticar como se retrata el medio ambiente en los medios. “Hoy en día hay imágenes tratadas con photoshop de frondosos bosques y limpias playas que nos invitan a ir de vacaciones y a hacer turismo, proporcionándonos una falsa sensación de seguridad de que la naturaleza siempre va a existir. Explorando estas vistas idealizadas de la naturaleza, mi obra reconoce y acepta nuestra relación con el medio ambiente, mucho más compleja y precaria.” Por supuesto, Moritsugu solo pinta sobre troncos que han caído de forma natural.
