Las poquianchis

Las Poquianchis

      

Corrían los tantos de 1964. Demacrada, flaca y desnutrida, una joven acudió junto con su madre a una estación de policía de León Guanajuato.
Luego de tres años de cautiverio había logrado escapar y quería denunciar lo que ella y otras muchas vivían en San Francisco del Rincón, un poblado como a una hora de camino, a mano de cuatro señoras.
“Las Poquianchis”, ese seria el apodo con el que el mundo conocería alas cuatro hermanas de apellido González Valenzuela, que les prometían trabajo, cuando en realidad se convertían en parte de “la mercancía” que vendían en su casa de citas.
Agradar al cliente, no salir de la casa y no hablar entre ellas, eran algunas de las reglas y no cumplirlas significaba golpes, palizas y hasta la muerte.
Así lo sabrían varios años después de que empezara esta pesadilla cuando se encontraron en el patio del burdel varias osamentas de niños, hombres y mujeres.
Photobucket
PROXENETAS
Carmen, María Luisa, Delfina y María de Jesús, son los nombres de las temibles hermanas cuyas atrocidades quedaron al descubierto tras una década de vejaciones e injusticias.
Poco o nada se sabe de donde surgió o porque fueron apodadas “las poquianchis”, y aunque circulan algunas explicaciones en el Internet, ninguna parece lo suficientemente confiable.
Algunas fuentes mencionan solo tres hermanas, otras más señalan cuatro. Aunque solo a dos se les pudo comprobar su participación en los crímenes y pasaron mayor tiempo en la cárcel.
Lo que si se sabe es que tenían un burdel, llamado “Río Rita”, en San Francisco del Rincón, Guanajuato, y se cree que posiblemente tenían mas en otros lugares, aunque no hay datos que ayuden a definirlo con exactitud.
 Photobucket
CASA DE TORTURAS
En una enorme casona de la entonces calle Cóporo, habitaban “Las Poquianchis” y las mujeres a las que retenían en contra de su voluntad.
Lugar de música y tragos por la noche, era un infierno para quienes tenían en ese burdel su cárcel.
De apariencia ordinaria, pocos imaginaban que aquellas mujeres de la vida galante, que aparentaban dignidad rebajaban a sus semejantes a piltrafas a base de golpes y todo tipo de violencia.
Cuantas mujeres salieron de su casa con la esperanza de encontrar un trabajo y se toparon con que ya no tenían nada, ni siquiera libertad. De varias, sus familias ya no volverían a saber ni una palabra.
Mantenidas bajo una fuerte presión psicológica, las obligaban a golpear a sus compañeras cuando alguna no cumplía con las normas.
Mal alimentadas, sucias y golpeadas, además de los riesgos de salubridad propios de la prostitución, no era difícil que se enfermaran.
En cuanto la salud de alguna era mala o ya no convenía a los intereses de las González, era asesinada, para que no fuera una carga. 
De acuerdo con los relatos que se recabaron entonces, a la que caía en cama le encargaban los trabajos mas difíciles, la encerraban sin darle de comer hasta que moria por no ingerir alimentos, o de plano, la mataban a golpes o la apedreaban.
Para no despertar sospechas las enterraban en el patio de la casa, pero se dice que también llegaron a enterrar cuerpos en otros terrenos de su propiedad.
 Photobucket
EN LA IMPUNIDAD
Pasaron alrededor de diez años para que fueran atrapadas, no porque nadie se hubiera dado cuenta, sino porque tenían muy bien comprada a las autoridades de la zona.
Se dice que parte de su estrategia era entablar amistad con “los servidores públicos” para estar “protegidas”. Los enganchaban fácil. Se dice que en muchas ocasiones compraron a las autoridades y en otras tantas se hicieron sus amantes; algunos incluso tenían “servicio” gratuito en aquella casa de mala fama. Así que nadie decía nada, y si alguna se atrevía a platicar lo que pasaba adentro con los clientes, les iba muy mal.
AUTORIDADES INDIFERENTES
Sonoras carcajadas se oyeron en la comisaría cuando Catalina Ortega siguió con su declaración y dijo que había escapado de un burdel. “Para que fuiste… nadie esta ahí por la fuerza”. Fue la respuesta de las “autoridades” cuando les contó lo que ocurría.
Desilusión y desesperanza, o quizá rabia, llenaron a aquella muchacha.
La historia se dio a conocer gracias al astuto reportero de un periódico sensacionalista. El se encontraba en la comandancia cuando llego la muchacha a interponer su denuncia y al escuchar lo que narraba se intereso en saber más.
Fue así como el país se entero de lo que pasaba en aquella casona e intervino la policía.
Desconocemos si en un principio el periodista tenia idea del tamaño de la noticia, pero sin duda, eso supuso la diferencia entre que los abusos siguieran o terminaran. Además se dice que la “exclusividad” de la nota dio gran impulso al tabloide para el que trabajaba.
NO IMAGINABAN QUE SE ACABARIA
Con la justicia comprada, dormían tranquilas, se sentían intocables, seguras. Quizá por ello no corrieron cuando llego la policía.
Según se dice “Las poquianchis” los enfrentaron, con su atuendo negro y su velo en la cabeza.
“Este es un negocio legal. No saben con quien se meten”, fue la respuesta de Carmen, mientras que Delfina amenazaba con quejarse ante altos funcionarios que eran clientes del “local”
Pese a todo, los agentes entraron y encontraron a unas doce mujeres “sucias, enfermas y desnutridas”. Eso fue prueba más que suficiente para encerrar a las “lenonas” bajo la acusación de privación ilegal de la libertad.
Sin embargo aun quedaba mas hilo en la madeja.
Tras escuchar el testimonio de las mujeres rescatadas, supieron que cuando alguna de ellas se embarazaba era obligada a abortar, y si acaso algún niño nacía, lo mataban.  Lo mismo que a las muchachas que ya “no servían” para el negocio.
Fue entonces que al buscar los supuestos fetos enterrados, encontraron cadáveres de hombres, mujeres y niños, por lo que también fueron acusadas de  asesinato.
Photobucket
LA CONDENA
Unos meses después, Delfina y María Luisa fueron sentenciadas a cuarenta años de prisión por los delitos de lenocinio, secuestro y homicidio calificado.
A María de Jesús solo se le finco responsabilidad como cómplice y paso unos diez años en la cárcel.
Carmen, en cambio, se dice que aunque había logrado escapar, fue ella misma quien se entrego en el Distrito Federal, ante el temor de ser linchada. A ella no se le comprobó haber participado en los asesinatos, por lo que solo paso un tiempo en prisión.
Se sabe con seguridad que tres de las hermanas ya murieron. De la cuarta se desconoce que fue de su vida.
Delfina conocida como la “Poquianchi Mayor” falleció a los 56 años en la cárcel de Irapuato, el 17 de Octubre de 1968, luego de una larga agonía, tras sufrir el golpe de un bote de cemento de 30 kilogramos que le fracturo la cabeza.
María Luisa, apodada “Eva La Piernuda” perdió la vida en noviembre de 1984 luego de ser consumida por un cáncer hepático; tenia85 años.
De la vieja y enorme casona de la calle Cóporo, quedan ruinas que se han convertido en vecindad.
Leyendas hay muchas, pero hay quien asegura que todas las noches se ve caminar por el patio la silueta de una mujer vestida de negro y con un velo blanco en la cabeza, quizá el alma en pena de una de las tantas victimas de “Las Poquianchis”.
Photobucket
Photobucket
LA PELICULA
Las poquianchis es una película mexicana inspirada en hechos reales que fueran novelados en el libro «Las muertas» escrito por Jorge Ibargüengoitia. Fue dirigida por Felipe Cazals en 1976, que en ese mismo año dirigió El apando y Canoa, también basadas en dramas sociales de la vida real.
REPARTO

Diana Bracho….AdelinaJorge Martínez de Hoyos….don RosarioSalvador Sánchez….el reportero amarilloPilar Pellicer….SantaMalena Doria….ChuyLeonor Llausás….DelfaAna Ofelia Murguía….EvaEnrique Lucero….Mere, «El Capitán»Alejandro Parodi….juezMaría Rojo….LupeTina Romero….María RosaManuel Ojeda….Tadeo

Photobucket
Photobucket
Photobucket
Photobucket


5 comentarios en «Las poquianchis»

  1. estas insinuando que te hicistes la jarocha ?
    o en que cambiastes aniwis

    Responder
  2. Si somos los mismos pero con otro nickname, menos pelo y mas panza

    Responder
  3. Otro reciclado, pero esta buena la información, una vez vi una parte de esa pelicula del apando y se me hizo muy fuerte, voy a ver la de estas viejas a ver qeu tal.

    Responder
  4. Las nuevas generaciones no saben de ese show. Además ya ni somos los mismos pixeles de hace 4 o 5 años :(

    Responder

Deja un comentario

El tamaño máximo de subida de archivos: 2 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta los archivos aquí


Are you 18 or older? This website requires you to be 18 years of age or older. Please verify your age to view the content, or click "Exit" to leave.